Mi camino hacia la Gestión del Cambio

Estudié Ingeniería Industrial, quizá mucho más por influencia de mi papá que por convicción. Sin embargo, esto me permitió un desarrollo profesional en el ámbito de los procesos y desarrollar una visión holística e integral de los negocios y de las empresas. A lo largo de mi carrera profesional, he derivado mi campo de acción a trabajar con los temas de Desarrollo Organizacional y con las personas para apoyar sus procesos de transformación personal y Organizacional.

En la década de los 80’s, tuve la oportunidad de trabajar en Wal-Mart en un gran proyecto de Reingeniería de procesos para la mejora continua; en aquel tiempo estaba en boga trabajar sobre la metodología Círculos de calidad y Reingeniería de Procesos.

A través de esta experiencia en la que se identificaban los puntos a mejorar, una parte fundamental era invitar a todos los colaboradores a sumarse a los Círculos de calidad. Pude ser testigo de cómo los indicadores de mejora se volvían tangibles a través del involucramiento de la gente. Lo que más me sorprendió y entusiasmó fue cómo las personas desde el nivel de intendencia hasta nivel gerencia estaban motivadas a participar, levantaban la mano para opinar, se involucraban, se hacían responsables de las acciones y volvían realidad las mejoras. En esa experiencia supe lo importante que era creer y confiar en que las personas, al tener claridad en las razones del cambio, se suman con su experiencia y talentos para lograrlo; lo importante es invitar a ser parte de las soluciones de los retos que se presentan.

Gracias a esto, comencé la especialización en temas de implementación de sistemas, procesos, mejoras, ideas, etc. Aún sin saber nada formalmente de Gestión del Cambio, me di cuenta a través de la experiencia, que la clave de la implementación estaba en transmitir de manera efectiva a las personas el porqué de los cambios; comunicar los beneficios, invitarlos a participar, crear dinámicas para motivarlos, etc.; fue algo que despertó mi entusiasmo y de manera empírica incorporé técnicas de manejo de grupos, reconocimiento y dinámicas que mantuvieran a los equipos con un alto nivel de interés y entusiasmo por ser parte del cambio.

En algún momento de mi vida, una amiga me invitó a tomar una certificación de coaching ontológico, lo que amplió mi perspectiva y sumó una metodología con un enfoque para trabajar con las personas, generando una suma de intereses por conocer más acerca de los procesos de cambio en las personas; en el camino he descubierto que, sobre este tema, no hay límite en el aprendizaje y siempre se requiere de creatividad para generar experiencias vivenciales que mantengan el interés y entusiasmo de las personas para ser parte del cambio.

Posteriormente, en mi crecimiento profesional, llegué a ser Líder de proyectos de transformación en empresas de la mano de grandes firmas de Consultoría, a través de las cuales conocí de manera formal el enfoque metodológico de La Gestión del Cambio, lo cual aprendí y apliqué en diversos proyectos y empresas en las que colaboré.

Paso a paso, formé una idea en mi interior: “El valor agregado que se puede dar a las empresas es la implementación y la adopción a través de las personas. Ésta es la clave del éxito. Un día me gustaría tener una Consultoría con este enfoque de transformación y crecimiento.”

Soy una fiel creyente de que somos seres de evolución, de transformación y crecimiento, intento mantener este pensamiento aplicado a mí misma, trabajando para ser consciente de ello y trabajar con intención para ser la mejor versión de mi propia evolución.

En el 2012 finalmente me atreví a dar un salto de fe, para dejar el trabajo asegurado en una empresa y ser consultor independiente para trabajar por proyectos.

En 2013 decidí crear formalmente Transformación y Crecimiento Consultores. El enfoque estaba claro: apoyar a las empresas a que las personas quieran, sepan y puedan afrontar los procesos de cambio y ser parte fundamental de los procesos de transformación organizacional, a través de la Gestión del Cambio y todas sus herramientas.

Paralelo a la fundación de TCC, me fui especializando en temas de desarrollo humano, volviendo sólida mi transición desde el mundo ingenieril.

Ser una facilitadora y ver los resultados me mantiene motivada para seguir aprendiendo y trabajando en los temas de desarrollo humano. Gracias a ello, se abren las puertas de mi realización personal y profesional ayudándome a encontrar mi propósito: conspirar a descubrir posibilidades que impulsen la acción para generar cambios personales y organizacionales a través de reconocer las capacidades y talentos de las personas, promoviendo e impulsando el SER para que el HACER sea de contribución única y brinde satisfacción y felicidad.

Rescato una moraleja de este camino recorrido, la cual he compartido con mis hijos como parte de mi legado:

“¡Sé feliz! Sigue el llamado de tu corazón y encuentra tu pasión para dejar una huella positiva en otros.”